Uno de los síntomas más frecuentes por el que los pacientes
activan al sistema sanitario es el DOLOR.
El dolor en sí no es una patología, sino que es un síntoma dentro
de múltiples problemas o patologías. Dentro de nuestro cometido como
responsables de la salud del paciente está, además de identificar y resolver (o
impedir que progrese) dicha patología, aliviar en lo posible los síntomas
asociados (como puede ser la asfixia, los mareos o el dolor entre otros).
En esta entrada nos centraremos en el dolor.
Para poder aliviar el dolor, lo primero y fundamental es saber
“cuanto duele”, para ello utilizaremos escalas del 0 al 10, donde 0 es sin
dolor y 10 el máximo dolor que se ha tenido nunca. Estas escalas podrán ser
verbales (le preguntaremos cuanto le duele del 0 al 10, o bien analógicas, le
daremos una escala numerada donde usted marcará su punto actual de dolor). Es necesario
saber que para el dolor, la
susceptibilidad individual es muy importante, ya que para un mismo dolor habrá
pacientes que lo definan como una molestia soportable hasta aquellos para los que
será un dolor insoportable.
Una vez conocida la intensidad, en función del dolor
usaremos un tipo de medicación u otra adaptándonos al criterio de la Organización Mundial de la Salud y su escalera
(o ascensor) analgésica, en el que se nos indica que tipo de analgésico usar
según la intensidad del dolor, desde un analgésico suave del mismo tipo que los
que se toman en casa, como pudiera ser el paracetamol, hasta un analgésico muy potente, como pudiera
ser el fentanilo, con una potencia analgésica hasta 100 veces mayor que la
morfina, pasando, claro está, por los escalones intermedios.
Una vez tratado el dolor, este será reevaluado
periódicamente mientras estemos a cargo de su asistencia, de nuevo con las
escalas, y se tratará en función de su evolución. Esta reevaluación no sólo
tiene que entenderse como un hecho pasivo por parte del paciente, respondiendo únicamente
a preguntas hechas por el equipo sanitario, sino que sería deseable que fuera
este el que indicara la evolución del dolor cuando note algún cambio, aunque no
hubiera sido preguntado aún por ello.
Un síntoma asociado frecuentemente al dolor es la ansiedad.
Dentro de nuestra unidad a todos los pacientes se les hace una valoración por
parte de enfermería en la que se tiene en cuenta, tanto el nivel de dolor como
el de ansiedad.
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